Fluimos entre conversaciones acompañadas:
-Hoy he tenido un sueño- dice para saludar.
- ¿Ah si? ¿Un sueño raro como otras veces?-
- No, simplemente estúpido-
- Cuéntame- le habilito-
- Pues verás, estaba en un sitio en el que no había estado jamás. De repente se aparece un hada y me dice que me concederá el deseo que yo quiera-
-¿Y qué le pediste?...- le pregunto intrigado.
- mmmmm...recuperar todo...-
- ¿Recuperar el qué?-
-...recuperar todo lo perdido...-
No le pregunté más, pero eso que me dijo podía tener tantos significados, que preferí no saber el final, mejor perderme y seguir soñando con lo que un día tuve.
Sin hilo conductor, la conversación no muere ahí:
- Esta mañana he visto una noticia que contaba que en un cine de Rusia la gente podía ir a ver la película mientras se tumbaba en una cama, incluidas palomitas- me explica-
- ¿Enserio? ¡no me lo creo!- dudando de la veracidad (error por mi parte que no volveré a cometer, creía que seguíamos soñando; por la tarde pude ver la noticia con mis propios ojos)
- ¿Sabes? estaría bien un cine de olores y sensaciones. Por ejemplo, para ver una peli de miedo, podía oler a hierro, qué es a lo que huele la sangre. Esto sería la experiencia definitiva- concluye.
...seguimos nuestro camino cada uno soñando indistintamente como la última escena que cierra una película emocionante mientras ves a los personajes marchar haciéndose cada vez más pequeños al horizonte...
No hay comentarios:
Publicar un comentario