martes, 16 de diciembre de 2014

Cine de ensueño

Fluimos entre conversaciones acompañadas:

-Hoy he tenido un sueño- dice para saludar.

- ¿Ah si? ¿Un sueño raro como otras veces?-

- No, simplemente estúpido-

- Cuéntame- le habilito-

- Pues verás, estaba en un sitio en el que no había estado jamás. De repente se aparece un hada y me dice que me concederá el deseo que yo quiera-

-¿Y qué le pediste?...- le pregunto intrigado.

- mmmmm...recuperar todo...-

- ¿Recuperar el qué?-

-...recuperar todo lo perdido...-

No le pregunté más, pero eso que me dijo podía tener tantos significados, que preferí no saber el final, mejor perderme y seguir soñando con lo que un día tuve.

Sin hilo conductor, la conversación no muere ahí:

- Esta mañana he visto una noticia que contaba que en un cine de Rusia la gente podía ir a ver la película mientras se tumbaba en una cama, incluidas palomitas- me explica-

- ¿Enserio? ¡no me lo creo!- dudando de la veracidad (error por mi parte que no volveré a cometer, creía que seguíamos soñando; por la tarde pude ver la noticia con mis propios ojos)

- ¿Sabes? estaría bien un cine de olores y sensaciones. Por ejemplo, para ver una peli de miedo, podía oler a hierro, qué es a lo que huele la sangre. Esto sería la experiencia definitiva- concluye.

...seguimos nuestro camino cada uno soñando indistintamente como la última escena que cierra una película emocionante mientras ves a los personajes marchar haciéndose cada vez más pequeños al horizonte...

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