jueves, 27 de noviembre de 2014

Goodbye Lenin

¿Conocéis el significado de la palabra "impotible"? Pues bien, no es más que cuando quieres hacer algo muy importante pero que a la vez te parece imposible. ¿Quién no ha tenido esta sensación alguna vez en su vida? Álex, el presente y futuro inventor de tantas cosas, nos proporciona una palabra nueva para poder entender mejor este mundo, para por fin, comprendernos un poquito mejor a nosotr@s mism@s.

Hablando de inventos y de cosas aparentemente importantes e imposibles, nuestro prota, ese al que lo que más le gusta en el mundo es pasear, más pronto que tarde (seguro), sacará a la luz una red social de retos y desafíos. No diré el nombre por eso de la patente. El objetivo es crear una red social que englobe a otras redes donde diariamente se propondrán restos matemáticos y lingüísticos. No faltarán los concursos y los premios y llegará un momento en el que el administrador, es decir Álex, ya no lo sea, sino que serán l@s propi@s usuari@s l@s que sostengan este atrevido e interesante proyecto. Así, con estas palabras, más sencillas y simplonas que las que utiliza Álex, me explica en qué consiste esta nueva idea.

Por seguir revisando el seguimiento diario de las clases de Álex, decir que él, ya acude a todas las asignaturas de 8.30 a 14.25, a veces con apoyo y a veces sin él. A modo de anécdota, para darnos cuenta de sus capacidades, el otro día entró por primera vez a la asignatura de Tecnología coincidiendo con un examen del temario. Sin previo aviso, y desprovisto del contenido, se atrevió hacer el examen. Aprobó con un 6´5.

Ayer mismo, de camino al metro, dos compañeras se despidieron de él efusivamente:

- ¡Adiós Álex!- gritaron
- ¡Goodbye!- gritó más que ellas
- (Lenin)- pensé.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Dos peces besándose

¡Ya tenemos horario definitivo!

Entramos al instituto a las 08.30, por lo que recojo a Álex a las 07.50. Lo que antes era día, ahora es noche, las luces cambias, el ambiente también. Pico al telefonillo y contesta Álex diciéndome -Hola- cuelga y a los pocos segundos vuelve a descolgar el telefonillo avisándome de que ya bajaba. Ya sabéis que a veces, vamos por partes.

Lleva unos días utilizando unas botas estilo naúticas muy pesadas. A mi me recuerdan a la de los buzos de hace 50 años. Su andar se vuelve lento y ruidoso, como rompiendo el agua por debajo del mar.

El otro día me contó en qué consistía su nuevo invento, un pluviómetro casero. Con un bol que contenga un peso, recibiría el agua filtrada por un embudo para poder medir la cantidad de agua en un tiempo dado (como os lo cuento), todo ello sujeto por una plataforma saliente desde la ventana. Ojalá y le den todos los aprobados y permisos que necesita algún día, para poder sacar adelante sus grandes ideas...el mundo...sería un poquito más lindo.

Y hablando del mundo, así sin venir a cuento, tal como me lo expuso él, de repente, me lanza una reflexión:

-"El mundo es tan grande que no tiene límites, y eso me asusta"- aduce. A esa misma reflexión llegue yo pasados varios años mi gamberra adolescencia; contando con que él solo tiene 12 años, imaginaros donde está su campo de acción.

Y para acabar, quiero demostrar que observando también se hace poesía. Yendo en nuestro querido metro, serio y concentrado, Álex me espeta: -"Edu, tus extremidades parecen dos peces besándose"- refiriéndose a mi brazo izquierdo tras un gran análisis de la realidad que no tod@s podemos percibir...

viernes, 14 de noviembre de 2014

Andar como Groucho

No son pocas cosas las que nos ocurren en una semana, ojalá tuviéramos tiempo para contarlas todas, o mejor, que nos las contara él mismo. Pero ese privilegio, de momento es solo mío.

El día que más llovió dimos paraguazos por doquier y pedimos perdón el doble de veces por las que quedaban por venir. Llevar paraguas es un estilo, y nosotros lo marcamos con diferencia. Este mismo día, cuando dimitió la lluvia, ya llegando a casa, Álex se desmoronó en picado contra el suelo ¡PUMMMM! levantándose inmediatamente sin ayuda para decir que no pasaba nada, que la parte más importante de su cuerpo, la cabeza, no había sufrido daños. Creo que me hice yo más daño.

Le encantan los cristales donde pueda discernir sus reflejos; en el metro haciéndolo, podríamos denominarle como el chico de las mil caras. Además cuando me fijo en sus andares no puedo evitar acordarme el grande y genuino Groucho Marx. Cuando veáis el vídeo, podréis conocer un poquito mejor a Álex.


Otro de los días, solo nos dedicamos a conversar sobre el "firmamento, el efecto invernadero y la cúpula gris" que envuelve Madrid y puedes ver desde las afueras...vaya...temas muy convencionales.

Y ayer una de cal y otra de arena. Yendo en el metro localizamos dos sitios, ambos extremos estaban ocupados. Álex me ofrece uno de los asientos diciéndome: -Yo me siento a lado de la vieja y tú al lado del negro-
Me quedo pasmado ante tal descripción de la realidad que nos envolvía y reacciono - Álex no hace falta referirse a las personas por sus características físicas sean cuales sean, si lo haces así, puedes ofender y molestar, ¿lo entiendes? Por favor...¿sabes lo que tienes que hacer ahora?-
Inmediatamente pide disculpas casi para sí mismo ya que l@s aludid@s ni siquiera se han dado como tal, incluso así, seguimos trabajando estos detalles de interacción.

El caso, es que ese mismo día, al recogerle del instituto, me ofrece la estrella de "Sakura":


Es una flor del cerezo japonés que florece en Primavera en formato Origami.

Como podéis leer no nos falta de nada. Nos han cambiado el horario: ahora entramos a las 09.00 de la mañana (como antes) y salimos a las 14.25. Seguimos esperando esa figura mitológica que tiene que mandar la administración denominada integrador social para apoya e intervenir en la inclusión de Álex en las sesiones ordinarias con el resto de compis.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Terodáctilo

Jueves con sorpresa. 

Álex sale del portal con las manos escondidas a su espalda. Se le escapaba orgullo e intriga entre los dientes y como si de un tributo se tratara, me ofrece una de sus creaciones:


Un "Terodáctilo" en papel con la técnica del origami. La ilusión me inunda, me ruboriza incluso. No es usual recibir un detallazo a estas horas de la mañana. Se lo agradezco casi de rodillas.

Anteriormente adelante que nuestro querido Álex es un experto en el arte del origami. No sé cuanto tiempo llevará creando imágenes en 3D. Lo que si sé, es que de vez en cuando su mamá le lleva al Corte Inglés de Sol para comprar un papel especial con una textura y estampados concretos. No hace mucho salió del instituto con esta estrella/sol de color blanco:


Claro está que no nos quedó más remedio que probar su vuelo en la entrada del instituto:


 Tendrá que perfeccionar algunos detalles técnicos pero algún día, quizá, quién sabe, a lo mejor nos tiene que invitar a ver su colección privada de origami...ojalá y tengamos suerte.

La frase que voy a poner está fuero de contexto por lo que a lo mejor no se comprende, pero su belleza estética y conceptual tampoco podría entender sin conocer a Álex, dice:

- Espero que algún día nos encontremos porque todo tiene su mínimo común múltiplo-

-¿Y su máximo cómun divisor?- pregunto tímidamente.

-También Edu, también-

Hasta mañana.
Alzamos el vuelo.


martes, 4 de noviembre de 2014

Bate el récord

Empezamos la semana con un mutismo excepcional, casi artístico.

Más allá de un saludo a kilómetros de distancia, nada de literatura hablada en el resto del viaje.

¿Qué explicación tiene? Pues es libre de interpretaciones. Solo el rugido del motor rompe el silencio. Un silencio tranquilo pactado con el consenso en omisión de palabras, como la de un perro con su dueño (entiéndase la analogía: yo el perro, él mi dueño). Incluso así nos respetamos y eso es lo importante porque lo bonito se lo dejamos a las maneras que escogen las miradas al buscarse; de hecho, una vez se encuentran, sobra decir algo más.

Poco antes de llegar al instituto se me ocurre decirles que ha batido un récord. Nace su curiosidad y el gesto le cambia. Le es inevitable preguntar por la cuestión estratégica. "He captado tu atención, te he enganchado, vuelves a ser un poco mío y yo todo tuyo", pienso.

-No te voy a decir el récord que has batido a no ser que lo adivines- le provoco. 
-El de estar callado- responde dejando al silencio de lado...

Me río. Sonríe.
Conversan nuestras comisuras.