viernes, 17 de octubre de 2014

-Te lo regalo-

Ayer presencié un momento épico, valiente, inusual.

Resulta que Álex es un experto en el arte del "origrami" (elaboración de figuras con papel), pero esta historia la contamos otro día.

Cuando le recogí del instituto, entre sus manos, sujetaba algo parecido a esto, pero sin huecos:


Es la llamada "Estrella intersección", donde las caras del papel se esconden unas entre las otras. Los pasos los tiene todos en su memoria; si se le olvida alguno, experimenta hasta que acierte (casi de manera obsesiva) sin importar el escenario. Es maestro de muchos ámbitos.

Ya en el metro, lleno de gente y sin poder sentarnos, nos apoyamos en una de las esquinas. De repente, con un movimiento rápido y conciso, deposita dicha figura en las piernas de una chica sentada a nuestro lado distraída con la música. Sorprendido, intervengo cogiendo de nuevo la figura y tocándole su barbilla con mi mano, le explico que si se lo quiere dar, tiene que avisarla previamente, decirle que le gustaría regalárselo. La chica, ya con una sonrisa, no sabía muy bien qué hacer.
Así hace Álex. Le toca en el hombro. Ella se quita los cascos. Se miran. Son cómplices. Le ofrece el atributo a la reina e inmediatamente se da la vuelta sonrojado. No hace falta hablar más para entenderse. Espectacular escena vista desde fuera como tercera persona neutra.

Pasado el momento de éxtasis, Álex me explica que el enamoramiento pasa por fases. Primero pasamos por la fase de la amistad. A continuación (la más importante), es necesario dar un ABRAZO para poder pasar a la siguiente. La tercera consiste en hacer muchas cosas junt@s, sea lo que sea. Y por último llega el amor en la cuarta fase.

Él todavía no se ha enamorado, pero ha producido más enamoramientos de los que sabrá jamás. 

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